Antes de probar, hornear
¿Cuántos de nosotros hemos probado la mezcla cruda de un queque o de unas galletas de chocolate? De niños, probablemente nos peleábamos las aspas de la batidora o la espátula para “limpiar” el tazón.
Aunque estas actividades generan gran emoción y expectativas en los niños, es una muy mala práctica en la cocina. La harina, las mezclas secas y los huevos son productos crudos, no terminados para consumo inmediato. Nadie, ni siquiera un adulto, debería probar estas mezclas, pues podrían contener bacterias que causan daños severos a la salud. Ya sea una mezcla preempacada o una hecha en casa, el calor de un horno es requerido para eliminar estos riesgos.
¡El producto final del horneado no solo es muchísimo más seguro, sino que también sabe mejor!