La microbiota se refiera a una comunidad de microorganismos vivos (microbioma) que residen en un nicho determinado, como es nuestro intestino. Con el tiempo, la microbiota ha cobrado gran importancia por su fuerte relación entre su estado y nuestra salud.
Y es que, si tenemos un balance o un equilibrio correcto de los microorganismos, esto beneficiará a procesos de nuestro cuerpo, como son: metabolismo, digestión, inmunidad, función cerebral, función intestinal e inflamación corporal.
Pero hay varios factores que afectan este balance. Por ejemplo, el consumo de medicamentos como los antibióticos y laxantes, y otras condiciones como la diarrea, el estrés, el consumo de alimentos procesados, la baja ingesta de fibra, entre otros.
Por su parte, se ha visto que el consumo de probióticos y prebióticos son importantes para el buen funcionamiento de la microbiota y últimamente ha cobrado relevancia el consumo los alimentos fermentados, es decir, aquellos alimentos que se transforman mediante un crecimiento contralado de microorganismos que pueden estar vivos o no.
Entre los alimentos que contienen microorganismos vivos están el yogurt, kéfir, kombucha y vegetales fermentados como el chukrut, sauerkraut y kimchi. Por otro lado, están los que contienen microbios no vivos, ya que no sobreviven ciertos procesos como la cocción, aquí encontramos al pan de masa madre, temphe, miso, cerveza y vino.
Estos alimentos al pasar por un proceso de fermentación adquieren muchos beneficios. Por ejemplo: son alimentos que se digieren mucho más fácil, que te aportan mayor cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes, que te pueden ayudar a disminuir la presión arterial y todo el proceso de digestión, y por supuesto mejorar la microbiota intestinal.
Ana Gabriela Alonso Vega
Nutricionista
CPN: 1886-15
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