¡Hablemos del SIBO!
Se llama SIBO y es un síndrome que puede generar en las personas molestos síntomas como diarrea o estreñimiento, pérdida de peso, malnutrición, distensión abdominal, flatulencia, pérdida del apetito, dolor abdominal y malabsorción de nutrientes.
El síndrome de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés) es un padecimiento que se desarrolla cuando hay un exceso de bacterias en el intestino delgado que normalmente deberían estar en el intestino grueso.
Puede ser causado por complicaciones de cirugías abdominales, problemas estructurales u otros problemas digestivos como estreñimiento, divertículos, hipoclorhidria, síndrome de intestino irritable, enfermedad de Crohn, celiaquía, entre otros.
Si te sentís identificado con alguna de sus manifestaciones más comunes, nuestra primera y más fundamental recomendación es que visités a un médico para tener un diagnóstico correcto y podás empezar un tratamiento adecuado, si es tu caso. Si sos diagnosticado con SIBO, llevar una adecuada alimentación, mejorará muchísimo la sintomatología.
Al principio, tendrás que hacer una eliminación y restricción de ciertos alimentos. Luego, se comienza una etapa de reintroducción de alimentos, en la cual se irá probando, poco a poco, hasta saber cuáles ya se pueden consumir de nuevo y cuáles no. También, se recomienda el consumo de probióticos, ya que ayudará a regular la microbiota intestinal.
Específicamente, lo más recomendado es llevar una dieta baja en carbohidratos fermentables, también conocida como FODMAP y que se refiere a un tipo de alimentación en donde se elimina o se disminuye el consumo de carbohidratos de cadena corta, los cuales se encuentran en una variedad de alimentos pero que se absorben mal en el intestino delgado y absorben agua y se fermentan en el colon. ¿Cómo cuáles?
- Fructo y oligosacáridos (FOS): Trigo, centeno, cebada, cebollas, ajos, espárragos, puerro, remolacha, brócoli, repollo, entre otros.
- Galacto-oligosacáridos (GOS): Leguminosas en general.
- Disacárido (lactosa): Lácteos en general.
- Monosacárido (fructosa): Miel, jarabes y algunas frutas como manzana, pera, albaricoque, nectarina, mora, sandía, mango, frutas deshidratadas y frutas en conservas.
- Polialcoholes (sorbitol, xilitol, maltitol y manitol): alimentos que contienen estos edulcorantes, como repostería, chicles, confites, entre otros.
Normalmente a la hora de implementar esta dieta, se hace por un periodo de tiempo que va de al menos 1 a 3 meses e inicialmente se eliminan los alimentos que leíste en la lista anterior.
Recordá siempre llevar el tratamiento médico y nutricional de la mano de un médico y nutricionista especialista en el tema.
Ana Gabriela Alonso Vega
Nutricionista
CPN: 1886-15
Bibliografía:
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