Le llaman “alimentación limpia” o “clean eating” y empezó como un movimiento o tendencia hace ya varios años, pero con el tiempo ha tomado más importancia y se ha vuelto un estilo de vida para muchas personas.
No tiene una definición específica y para muchos “alimentación limpia” tiene significados diferentes. De momento, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), tampoco tiene una definición establecida para ello, sin embargo, ese fue el nombre que se popularizó rápidamente.
La característica principal de este estilo de alimentación es el buscar alimentos que sean los más naturales posibles, ya que al estar poco o nada procesados, al consumirlos podemos asegurar un mayor aporte de nutrientes y un menor consumo de azúcar refinado, sodio, grasas trans y aditivos como preservantes y colorantes artificiales.
Este tipo de alimentación se basa en frutas y vegetales frescos, proteínas magras preferiblemente de pastoreo, así como cereales integrales, leguminosas, frutos secos y lácteos magros, sin azúcar añadida.
Aun así, con tanta información que tenemos al alcance esta tendencia se ha vuelto controversial, ya que si no sabemos del tema y no lo hablamos con algún profesional de la salud que nos guíe, la información que existe puede generar muchas dudas, y contario a convertirse en un beneficio, podría llegar a provocar una alimentación deficiente, con elecciones que no favorecen nuestra salud.
Es importante tener un balance en nuestra alimentación y tampoco definir ciertos alimentos como malos, ya que el balance también es parte de una alimentación saludable.
Te comparto algunas pautas que se pueden seguir para llevar una alimentación no solo que sea limpia, si no también saludable y balanceada. Por ejemplo:
- Planear menús semanales o quincenales, con los cuales podás seguir una lista de compras y cocinar más alimentos en casa.
- Incluir alimentos y platillos saludables, que me gusten y que me aporten beneficios a mi salud.
- Incluir variedad de frutas y vegetales en mis platillos diariamente.
- Que la mayoría de tus alimentos diarios sean naturales, y dejar otros más procesador para un consumo ocasional.
- Siempre preferir alimentos integrales, ya que además de la fibra aportan más nutrientes que los refinados.
- Siempre revisar las etiquetas nutricionales, con esto podrás ver los ingredientes exactos que aportan los alimentos y así encontrar las mejores opciones según tus necesitades.
Ana Gabriela Alonso Vega
Nutricionista
CPN: 1886-15