Una alimentación balanceada es clave para mitigar la inflamación corporal

Una alimentación balanceada es clave para mitigar la inflamación corporal

La inflamación corporal es una reacción protectora ante el daño celular causado por diversos factores, por ejemplo: virus, lesiones físicas o estrés metabólico. Sin embargo, si no se trata adecuadamente, puede convertirse en un factor causante del desarrollo de enfermedades como: diabetes, problemas cardiovasculares, obesidad, alergias o intolerancias alimentarias.

Para contrarrestar la inflamación y promover el equilibrio es fundamental adoptar una alimentación saludable y balanceada, lo que implica consumir alimentos ricos en nutrientes que beneficien al organismo en general y contribuyan a una respuesta antiinflamatoria efectiva.

Al mismo tiempo, es esencial reducir la ingesta de alimentos proinflamatorios, como azúcares refinados, grasas hidrogenadas, aceites vegetales ricos en omega-6 y productos ultraprocesados con baja densidad de nutrientes.

¿Qué podemos incluir en esta alimentación antiinflamatoria?

Debe ser saludable, completa y variada, con alimentos frescos y poco procesados, los cuales deben aportar  fibra, probióticos, antioxidantes, omega 3 y una variedad de vitaminas y minerales como A, B6, C, D y E, hierro, zinc y selenio.

Especialmente se recomienda el consumo de:

  • Frutas: naranja, limón, moras, fresas, arándanos, frambuesas, manzana, uvas, mango, papaya, cerezas, ciruelas, kiwi y guayaba.
  • Vegetales: cebolla, chile dulce, tomate, berenjena, camote, zanahoria, ajo, coles, brócoli, berenjena y vegetales de hoja verde y amarilla.
  • Hongos asiáticos: shiitake, enokitake, maitake y ostra.
  • Proteínas: atún, salmón, sardinas y huevo.
  • Carbohidratos complejos: leguminosas, tubérculos y cereales integrales,
  • Alimentos fermentados: yogurt, chucrut, kimchi, kefir de agua y kombucha.
  • Grasas saludables: frutos secos, semillas de lino, semillas de chía, aguacate, aceite de oliva extravirgen, aceitunas y ghee.
  • Hierbas y especias: cúrcuma, jengibre, ajo, canela, albahaca, romero, tomillo y pimienta negra.
  • Otros: té verde, té blanco, cacao y vino tinto (con moderación)

De forma complementaria a la alimentación, se deben incluir prácticas diarias como realizar actividad física, una correcta hidratación y descanso diario adecuado.

Tener una salud intestinal saludable contribuye inmensamente en la respuesta inmune de nuestro cuerpo. Al consumir alimentos fuentes de probióticos y fibra, además de prebióticos, podemos mejorar la función de la microbiota intestinal.

Es importante recordar que la clave de una buena alimentación saludable está en la moderación y el equilibrio, siempre buscando prácticas ajustadas a las necesidades.

Ana Gabriela Alonso Vega

Nutricionista

CPN: 1886-15

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